Seeking Dignity and Opportunity in Washtenaw County

Sarah Schoettle
By: 
Sarah Schoettle

I am a Washtenaw County-focused staff attorney with the Michigan Immigrant Rights Center. I have held that position for about a year and a half.  

The Washtenaw County immigration legal services grant that funds my work was born of the work of local community advocates and the County Board of Commissioners. In 2017, community advocates such as the Washtenaw Interfaith Coalition for Immigrant Rights (WICIR) saw the need for increased practical support for immigrants and their families dealing with the enormous—and often devastating—repercussions of increased and indiscriminate immigration enforcement. The Board of Commissioners responded to advocates’ mobilization by approving then-Commissioner Conan Smith’s resolutions for additional funding to assist immigrant communities. The Board approved additional short-term funding for emergencies brought about by immigration enforcement—such as rent assistance for families and children left struggling after the deportation of a parent. It also created new funding for a new attorney at MIRC to provide direct legal services to immigrants in Washtenaw County, community education, and technical assistance to government agencies and organizations who work with immigrant communities.  

MIRC has greatly expanded the scope of services through the Washtenaw County program. In many ways, the U.S. immigration legal system is designed to deny individuals’ dignity in various areas of life. Depending on your immigration status, you may lack access to safe work, healthcare, housing or even a valid ID card to prove who you are. We are fortunate that the Washtenaw County grant allows us to address any immigration-related issues people might have, both in direct immigration legal services and in those other challenges that are exacerbated by immigration status. Over the past year and a half, I have had the privilege to work with clients at all different stages in their journey—from teenagers who have just arrived seeking asylum, to adults applying for citizenship, to people who have spent decades living in the U.S. but are still waiting for legal recognition that this is their home and they have a right to stay. I have also had the opportunity to advise clients on public benefits, options for healthcare, and tenants’ rights.  

A unique aspect of the Washtenaw County program within MIRC is that it is defined by a small geographic area. The community is defined by supportive partners—WICIR, the Washtenaw Health Plan, the Washtenaw ID project—whose work aids clients in accessing non-legal resources, and who share technical support on their areas of expertise for our clients.  

I also am reminded every day how vibrant and interconnected each member of the community is. When a client is detained or threatened with deportation, I know that not only she and her family will be devastated—coworkers and congregants she worships with will suffer, and children who go to school with hers will be forced to wonder if the same will happen to their parents. This threat to our community is what motivates me in this work. I am also a Washtenaw County resident and I want support my neighbors as they seek the same dignity and equal opportunity in this community, their home.  

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Defensores de Derechos Migratorios: Caminando en Encrucijadas

By: 
Tania Morriz Díaz & Erika Murcia

Representantes del Michigan Immigrant Rights Center encuestaron a sus colegas sobre sus propias experiences navegando raza y otras posicionalidades en medio del panorama político actual.

* Originalmente publicado por Race Forward en su página web ColorLines aquí.

Nosotras trabajamos en el Michigan Immigrant Rights Center (MIRC) o el Centro de Derechos de Inmigrantes de Michigan, un centro de recursos legales con la misión de construir un ambiente donde las comunidades migrantes tengan “equidad y sentido de pertenencia.” Este es un mandato amplio en el ambiente actual.

Estamos conscientes que la migración en los Estados Unidos está firmemente arraigada en valores racistas. Nuestra experiencia navegando este marco intrínsecamente racista, en un contexto diverso y contra el trasfondo geopolítico de una identidad hegemónica de raza Blanca dominante, nos coloca en una posición compleja mientras lidiamos con temas como raza y otras posicionalidades.

Un primer paso crucial hacia la concientización es el reconocimiento de nuestras propias posicionalidades y privilegios. Sin tal conciencia, las limitaciones nos impiden a desempeñar un rol efectivo y restringe nuestra comprensión sobre las dinámicas de poder. Nosotras encuestamos a nuestras colegas en relación a sus experiencias, y hemos incluido algunas de sus respuestas para reflexionar a lo largo de este artículo.

 “Yo soy graduada universitaria, de clase media, heterosexual, Cristiana protestante y todas estas identidades intersectan con mi raza y me dan privilegio, [ambas] en la sociedad en general y en relación a nuestros usuarios.”

  “Yo soy multiracial. Principalmente Indígena, y una amplia gama de otras razas. Soy trigueña. Soy consciente de mi color de piel más claro y comprendo cómo esto es un privilegio viniendo de comunidades que, a través de la colonización de nuestra vida, hemos heredado el racismo en forma de colorismo..”

Es elemental diferenciar entre reconocimiento de barreras raciales y la experiencia de opresión racial, la última es la que nuestros clientes más navegan. Ambas animan un deseo a usar cualquier privilegio que tenemos para terminar con el poder que es inconsciente y no crítico.

“Hay ciertos aspectos de mi experiencia personal que me dan perspectiva para simpatizar personalmente y  también motivan intencionalidad sobre como estar presente y dedicada a la lucha, pero mis privilegios me mantienen honestamente alineada como una aliada.”

“Nací en un campamento de refugiados. Haber nacido sin país me ofreció la oportunidad de concientización sobre mi posicionalidad como refugiada y me inspiró a trabajar como una defensora de los derechos de migrantes.”

 “Intento usar mi posicionalidad como una armadura para mis clientes y como una espada contra perspectivas de la sociedad sobre raza.”

Abogando por migrantes implica interacciones cotidianas repletas con el racismo tanto interpersonal como internalizado. Identificando y esforzándonos por ser tan conscientes como podamos en nuestro rol, nuestra lucha está enraizada en los ideales de la concientización racial. Creando “equidad y sentido de pertenencia”  es una tarea que abrazamos como una práctica consciente en nuestras interacciones dentro de nuestros espacios laborales.

 “… fácilmente soy capaz de navegar espacios habitados por otras mujeres blancas. Hay tantas mujeres blancas en el campo/mundo de la defensoría de derechos migrantes … al menos en Michigan … muchas veces me pregunto si tiene sentido para mí ser otra mujer blanca haciendo trabajo en este campo … en Michigan. Por ahora, trabajo para usar la respetabilidad que tengo en estos espacios por muchas de mis identidades, empujando a descolonizar y rechazar la perspectiva de proveedor de servicio dominante. Y convertirlo en menos blanco.”

 “Con colegas que son líderes en comunidades de color, el privilegio blanco es algo de lo cual necesito estar muy consciente mientras hablo … y mientras determinamos prioridades de defensoría colectivamente.”

 "Yo tengo tendencia a preferir y sentirme mas comoda con personas de color que con personas blancas. Sin embargo, también soy consciente que trabajó en un campo que está dominada por mujeres blancas. Intento no dejar que mis prejuicios afectan mi interacción con colegas.”

Como defensores de derechos de migrantes, nuestra interacción con el sistema legal nos expone además al racismo estructural en el terreno de migración.

“Tengo dificultad con la idea de que existen ‘migrantes merecidos’ y que eso sea medido a través de qué tan precaria ha sido su vida y que tan terrible ha sido el sufrimiento de una personal.”

“La ley de migración es racista! Personalmente siento que si no presiono por reformas y cambios que se esfuercen por la equidad entonces estoy básicamente justificando, habilitando y perpetuando una institución racista.”

“Comprendiendo que las leyes migratorias han sido siempre determinadas para perpetuar el dominio blanco y están siendo re-armadas en algunas nuevas maneras ahora mismo, promoviendo su límite es crítico en nuestro trabajo. Como persona blanca con privilegio, tengo la habilidad de elevar este fin con  audiencias  de personas blancas y líderes institucionales influenciando mi posición como ya lo hago … he llegado a comprender esto como una responsabilidad y no meramente una opción.”

Los defensores de derechos de migrantes tienen una posición particular en la inequidad racial que marca nuestra sociedad. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de crear espacios valientes en nuestros lugares de trabajo para dialogar lo cual nos ayudará a reflexionar en nuestra práctica e interacciones cotidianas.

El objetivo de este artículo fue invitar a un proceso de diálogo, reflexión y acción para incorporar la praxis. Como Paulo Freire expresó en su libro  Pedagogía del Oprimido, “Sin un sentido de identidad, no puede haber una verdadera lucha.”

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Voces de Detroit: Conductores Negros, Pasajeros Morenos

Illustration: Michigan Immigrant Rights Center (data source: https://www.cbp.gov/sites/default/files/assets/documents/2017-Dec/BP%20Staffing%20FY1992-FY2017.pdf)

Source: www.cbp.gov/sites/default/files/assets/documents/2017-Dec/BP%20Staffing%20FY1992-FY2017.pdf

By: 
Tania Morriz Díaz & Erika Murcia

Cómo el Michigan Immigrant Rights Center esta navegando el sistema migratorio estatal opresivo.

*Originalmente publicado por Race Forward en su página web ColorLines aquí.

Este ensayo es la segunda entrega de una serie de piezas escritas por activistas locales que lideran el trabajo de cambio en todo Michigan. La serie tiene la intención de elevar sus perspectivas únicas y rendir homenaje a las personas y grupos que lideran la lucha para promover la equidad en nuestra ciudad anfitriona de Detroit.

El sistema de inmigración legal no esta roto. Funciona exactamente como fue intencionado: para preservar y perpetuar el dominio blanco. Aunque parezca que el sistema de migración está pasando por un cambio radical bajo la administración actual, en realidad – solamente está siendo afinado. La migración nunca fue (ni debería ser vista como) un asunto que afecta solo al migrante “estereotipado”: un adulto, moreno, hombre Mexicano quien clandestinamente cruza la frontera buscando (o “robando” como muchos podrían pensar) oportunidades laborales. Las leyes de migración afectan a cualquier persona, en cualquier lugar, a los quienes no hayan nacido con el privilegio de la ciudadanía estadounidense. Nuestra leyes de inmigración son complejas y la experiencias de los individuales navegando dichas leyes depende de una dimensión principal: su raza en relación con su estatus migratorio.

Los paralelos entre el racismo institucional infundido en el sistema de justicia criminal y aquellos dentro del sistema de migración no es por coincidencia. Ambos fueron formados por el mismo poder histórico impuesto por legisladores hombres, blancos, ricos. Dentro de los cinco días de haber jurado su cargo, el 45º presidente ordenó la deportación de cualquier persona que cabe dentro una categoría amplia de priorización – incluyendo recipientes de residencia permanente y visas. Mientras que Michigan está a más de 1.000 millas de la frontera mexicana, es legalmente dentro de una “distancia razonable” de la frontera canadiense, otorgando a la Patrulla Aduanera y Fronteriza conocido por sus siglas en en inglés como CBP, la capacidad de realizar búsquedas sin autorización en todo el estado. CBP ha estado trabajando estrechamente con la Policía Estatal de Michigan conocida por sus siglas en inglés como MSP, uniendo el acoso racial por las autoridades federales de inmigración dirigido a los no ciudadanos con el acoso racial dirigidos a los  ciudadanos [incluyendo tanto a personas con presencia legal como los indocumentados].

En Michigan, esto ha llevado a escenarios comunes en los que los agentes de CBP están exigiendo a los pasajeros de los autobuses Greyhound que prueben su ciudadanía estadounidense. Dado que llevar tal documentación no es un requisito legal, está claro que esto solamente es una excusa de "neutral" a la caracterización racial. Por ejemplo, Michigan es el hogar de una de las comunidades Árabes y Árabes Estadounidenses más grandes en los Estados Unidos (EE.UU.) Sin embargo, a pesar de que el 82 por ciento de los Árabes en los EE. UU. son ciudadanos, un número aplastante sigue siendo subyugado a la caracterización raciales. De manera similar, MSP instituyó la práctica de solicitar a los pasajeros de automóviles conducidos por ciudadanos estadounidenses que presenten pruebas de su estado migratorio. A los ciudadanos estadounidenses se les puede detener por un tubo de escape defectuoso que, a pesar de no resultar en una multa de tránsito para quien conduce el auto, finalmente llevará a la detención y deportación de cualquier pasajero que no sea ciudadano estadounidense a bordo

La alarmante y desproporcionada taza de pasajeros Afrodescendientes, Afro-Indígenas y Latinxs quienes han sido detenidos por MSP ha llevado a que grupos locales solicitaron a MSP que inicie una investigación formal sobre el proceso de caracterización racial  de los automovilistas.

En este sentido, las dimensiones de raza entrelazada con el estatus migratorio y detención masiva impiden a los inmigrantes (tanto adultos como niños) de obtener cualquier beneficio legal de migración en Michigan. Este problema de deshumanización es particular para Michigan ya que las tasas estatales de encarcelamiento son una de las peores en el mundo. Además, el número de agentes en el sector de Detroit ha incrementado de 38 a 411 entre 2001 y 2015, un incremento del 981 por ciento, hasta el momento  la tasa de crecimiento más rápida de cualquier Patrulla Aduanera Fronteriza (CBP) en los Estados Unidos.

Una vez detenidos, los migrantes están puestos en una lista de causas judiciales que se mueve mucho más rápido en comparación con aquellos que luchan contra el sistema legal de inmigración desde afuera de la detención. Pero ser liberado bajo fianza es una hazaña en sí misma, ya que los jueces de migración no tienen restricción legal en cuanto a la cantidad máxima de fianza solicitada, pero, como se esperaba, dichas fianzas tienen un mínimo de $1.500.

En 2009, el Michigan Immigrant Rights Center (MIRC) fue fundado para servir como un recurso defensor para nuestras comunidades inmigrantes estatales. En 2018, lanzamos el programa Detroit Front Door, con el propósito de expandir acceso a recursos y representación legal para inmigrantes que están en procedimientos de deportación para contrarrestar el sistema opresivo migratorio y las prácticas policiales de la área metropolitana de Detroit. El objetivo es luchar en contra de la deshumanización de inmigrantes y defender sus derechos humanos. Este programa cerrará la brecha de los servicios legales migratorios que son de bajos recursos y poco atendidos en Michigan. El programa busca impactar positivamente un estimado de 4.000 inmigrantes de escasos recursos en la zona metropolitana de Detroit.

Sobre las autoras

Erika Murcia es una coordinadora de admisiones de MIRC apoyando con un sistema robusto de admisiones y asistiendo con desarrollo de capacidad en Detroit. Erika obtuvo su licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad de El Salvador, y se graduó con una maestría de Trabajo Social de la Universidad de Michigan, donde ella fue becada por el Programa Community-Based Initiative in Detroit, y por el Center for the Education of Women +.

Tania Morris Díaz es una abogada del equipo de MIRC quien representa migrantes en Detroit. Tania obtuvo su licenciatura en Estudios Internacionales en la Universidad de Alabama del Sur, estudió su Maestría en Ciencias Políticas la Universidad Nacional Autónoma de México y se graduó de su título en leyes de la Escuela de Derecho en la Universidad de Michigan.

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MIRC Takes Issue

Increasing Access: Integrating Holistic Well-Being

By: 
Erika Murcia

I am an intake coordinator with the Michigan Immigrant Rights Center since March this year. My position is to support all our staff in the Washtenaw county office with the management of our robust intake system and with capacity building in the Detroit Metro area. This year alone, we have had an increase in detained intakes of 500% and our overall intakes have doubled. This only means that human rights of immigrants are being violated more and in various new ways.  Through December 3, we have opened 2,678 cases this year. Most of these cases were opened via our two phone intake lines.

In 2018, between March and June we developed a customized Needs Assessment survey questionnaire which was used to gauge the gaps in immigrant legal services in the Detroit Metro area, and to identify the barriers that exist for immigrant legal service providers in satisfying the most pressing unmet needs in the community. Representatives of 19 immigrant legal service providers completed the survey. The report & findings helped us better understand the gap in needs and services available especially for individuals who are in removal proceedings.

Thus, through our Detroit Front Door Program we have added a new intake line. Since 2010 a general public intake line has been available to ask any immigration inquiries/consultations (734-239-6863). This year a detainee intake line has been destined specifically for low-income immigrants who are in detention. These clients can call directly from the detention center at no cost (734-794-9963). Therefore, our phones have been literally ringing more than twice as often as last year.

Our work at MIRC also includes creating partnership and building capacity in collaborative ways. I noticed the need to have more social workers exposed to our legal immigration pro bono work. In September we officially became a field placement for social work students from the University Of Michigan School Of Social Work. We hope this will create long lasting opportunities both to educate students on the great legal needs immigrants face but most importantly to take into account the voices and skills of social workers within legal settings. This may strengthen our work from an interdisciplinary standpoint.

Working at a legal office has offered the opportunity to better understand the various challenges attorneys face when representing immigrants. Among these challenges, we've shared in many accomplishments over this past year. First, I have worked on developing mindfulness strategies at MIRC to enhance awareness when working with trauma survivors and at the same time understanding how vicarious trauma impacts our own life as advocates. MIRC has also established our Racial Equity Working Group where I participate in its space for dialogue, reflection and action steps to improve our direct services, capacity building and coalition building work. Finally, our work has been showcased through two pieces I have co-authored and shared in Race Forward’s publication ColorLines Driving While Black, Riding While Brown and Immigrant Rights Defenders: Walking in Crossroads.

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